jueves, 24 de enero de 2013

la bola de mecano (1984)

La bola de cristal es el programa insignia (o uno de ellos, al menos) de mi generación. Durante 4 años (1984-1988), cada sábado por la mañana ahí nos plantábamos la gran mayoría de los niños españoles, delante del televisor, para ver a la bruja Avería, a los electroduendes, a Alaska y a todo ese plantel de músicos y actores jóvenes y un tanto gamberros que cada semana formaba parte de ese mundo fantástico tan alejado de los colorines y los temas propios asociados a la infancia. Pablo Carbonell, Pedro Reyes, Kiko Veneno, Loquillo.. fueron sólo algunos de los muchos que visitaron ese mundo oscuro, de cables y humo, para cantarnos canciones sobre pócimas pestilentes, brujas malvadas, vacaciones infernales o pandillas a las que estudiar les parecía un rollo tremendo. Un mundo en el que también había sitio para fomentar el interés por los libros y la lectura, por el compañerismo y por la solidaridad (quién no recuerda el famoso "solo no puedes; con amigos, sí"). Un programa en el que vi por primera vez a un chico guapo, o fui consciente de que me lo parecía (ese Santiago Auserón veinteañero) y que supuso para muchos de nosotros un modo diferente de conocer y aprender sobre el mundo.


Imaginarse un programa así hoy en día es casi imposible. Un programa infantil en el que una marioneta gritase "¡Viva el mal, viva el capital!" o se criticase abiertamente a los políticos de turno. Pero, ¿por qué? La respuesta fácil es decir que a los niños de ahora no les gustan esas cosas. Les gustan los colorines, las canciones de buen rollo que fomentan valores y en las que todo el mundo es bueno y feliz. Mentira. Al menos la primera afirmación. A mi hijo de cuatro años le gusta La bola de cristal. Le gusta sorprenderse, descubrir que hay un "lado oscuro" detrás de una bola de cristal. La respuesta dura es asumir que a quien no le gustan esas cosas es a los adultos. A los que nunca vieron La bola de cristal ni son capaces de mirar a través de ningún otro cristal para obtener una perspectiva diferente de las cosas.

Gracias a todos aquellos que dieron vida a La bola de cristal por hacerme pensar. Por despertar mi espíritu crítico. Por hacerme descubrir. Por entretenerme cada una de mis mañanas de sábado y animarme después a leer un libro. Por hacer ahora eso mismo con mis hijos y devolverme, de tanto en tanto, a mi infancia de humo y cables.

Y después de este momento melancólico, vamos a lo que vamos en este blog que es a contar cositas curiosas. Buscando vídeos de Alaska que ver con mis hijos me he encontrado con este vídeo que, aunque no corresponde con la canción que ilustra, tiene mucha miga.

Primero, porque desconocía por completo que los primeros en grabar la canción de La bola de cristal hubieran sido los Mecano (que ellos titularon Me non parle vous fraçais). Segundo, porque la canción es tremenda, con frases como "cuando te pregunten What time is it? tienes que decir My tailor is rich", y, tercero, por ese plano de ingles que aparece cada vez que Ana Torroja pronuncia "inglés". Glorioso. 
Me encanta. Very much.

 
         

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