Esta canción es probablemente la primera canción "de adulto" que decidí aprenderme voluntariamente.
Cuando tenía unos 9 años, mis padres me enviaron a pasar el verano con mis tíos, que vivían en el Reino Unido. Me acababan de regalar una radio-reproductor-grabador de cassettes, pero como mi colección de música por aquel entonces se limitaba a un par de discos de Enrique y Ana, decidí arramplar con algunos de los cassettes que tenían mis padres por casa para llevármelos de viaje. Entre ellos se encontraba uno de Nino Bravo. Recuerdo que era blanco con las pegatinas naranjas. Yo, por supuesto, no tenía ni idea de quién era el gran Nino, pero le di una oportunidad. Y me encantó. En especial esta canción, que recuerdo cantar una y otra vez en mi dormitorio de la casa de mis tíos (como no tenía primos, allí no tenía ni juegos ni nada mejor que hacer). Incluso me llegué a grabar cantándola (con mi súper radio-reproductor-grabador de cassettes), y por algún sitio andará esa cinta todavía, en la que también hay grabados un montón de anuncios de la tele británica que me dio por grabar para entretenerme. Está claro que tenía que salir como he salido porque, si a los nueve añitos ya andaban haciendo estas cosas...
La canción me sigue gustando, aunque quizá no tanto como otras de Nino Bravo, pero el vídeo me parece un poco ridículo. Normalmente los vídeos de Nino Bravo se limitan a mostrarle a él caminando por algún sitio mientras canta la canción que toque, pero en este caso también le obligan a hacer un poco el el tonto alrededor de "una casa sola sin luz", y al pobre no le pega nada.
Atención al momento banco del minuto 0.57 (en el que, además, parece que no tenga pies) y al momento estatua del 1.25.
